*Del grupo de las ovejas grises*

¿Acaso sabes tú como me siento? No digo que tu vida sea fácil. Un coser y cantar. Además tú siempre fuiste más de punto. Sólo digo que estoy agotada de la realidad que me rodea, aunque no me quede otra que aguantarme y llevarlo lo mejor posible.
Estoy cansada de dar un paso adelante y volver dos. De sonreír por mera cortesía. Cortesía, cortesía y apenas alegría. Harta de hacerlo todo mal o no lo suficientemente bien. De que no me abraces y me digas algo así a: ''Hoy has estado estupenda''.

Me siento vacía. ¿Es eso normal? ¿Es normal que me sienta vacía de ti, de ellos? ¡Joder, dímelo! ¡Qué alguien me lo diga! Quizá está noche esa respuesta me ayude a dormir mejor.
Todo lo que haga... Nunca será suficiente, ¿verdad? No seré como él, como ella. Seré una nadie para ti. Seré la que no presta atención; la que guarda desconfiada sus secretos; la que cerrará las puertas dando portazos y crispando vuestros nervios; La que, a vuestro ojos, se irá a hacer el loco; la que se entregue cuando quiera hacerlo a la cama de su amor imperfecto.

¿Así voy a ser yo? ¿La oveja negra? Sí, la oveja negra que a menudo no llega ni a eso. Porque, en realidad, ser una oveja negra también es difícil.
Sí, quizá nunca llegue a ser tan buena. Es lamentable no poder hacerte feliz, tú sabes, o al menos debes saber, que me horroriza ver tu cara de tristeza y saber que la causante soy yo.
Supongo que no me sale ser de un modo más perfecto, no ahora. Pero sé que las ovejas grises también son algo especiales, por eso sé que puedo ser especial a mi manera.

Así que, si puedes conformarte y apreciar mi esfuerzo tanto como los sentimientos, te prometo que seré una gran oveja gris y, de todas formas sabes que no te puedo prometer por el momento mucho más.