Es mirarla y percatarse de la luz de sus ojos y la gracia de su sonrisa. Es distinguir que entre los problemas hay una llama que todavía arde. La felicidad. Tan feliz como una niña pequeña. Tan alegre como un arcoiris. Pura e infantil. Divertida.
¿Y por qué no todos podemos obtener ese tipo de felicidad?
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