sábado, 30 de julio de 2011

*Explicaciones*

Hay algo que nunca entenderé. La verdad, no sé como puedes decir que odio tu sonrisa, que no la quiero mirar más. Nunca entenderé, cariño mio, ese afán al pesismismo y al olvido de quererse. Así que, por favor, explicamelo.

viernes, 29 de julio de 2011

***[La mecánica del corazón]***



Bueno, os cuento. Hace dos días di con este libro en la biblioteca. Por la portada creí que sería el típico libro infantiloide, pero me atrajo. Supongo que la base de está novela francesa (el amor ;)) fue lo que me llamó la atención. A parte, el autor aclara que su obra es un cuento para niños grandes.

Bueno os cuento un poco su argumento:

“La mecánica del corazón”, narra la vida de Jack, un joven escocés que nació en Edimburgo el día más frío de la historia. Debido a las bajas temperaturas, nació con el corazón congelado, por lo que se le implantó un reloj de cuco que ayudaba a su corazón a bombear. Su madre huye y es adoptado por Madeleine, una mujer medio matrona, medio bruja que ayuda a la gente de la calle con prótesis semifantásticas. El reloj implantado es un éxito, pero tiene tres requisitos que Jack debe cumplir. El primero es “No tocar las agujas” (Sencillo). El segundo es “Dominar la cólera” (Algo no muy difícil). Y el tercero es “No enamorarse nunca”, algo difícil, y más tras conocer un día en la calle a Miss Acacia, una joven bailarina con problemas de vista, que le robará el corazón, y pondrá a prueba la mecánica del mismo.


En fin, no es el mejor libro de la historia pero es entretenido, se lee rápido y acabo de descubrir que tiene una segunda parte.

Desde luego, ¡os lo recomiendo!

miércoles, 27 de julio de 2011

*Miedo*

Miedo. Se me cubren las pestañas de ti. De negro. De miedo. Del mañana. Del hoy.
Del no saber que hacer. De como hacerlo. De fantasías marchitas y pesadillas infestadas por el virus del abatimiento.

jueves, 21 de julio de 2011

*Cobarde o valiente*

Desapareceré. Me esfumaré como la ceniza al viento. Me haré fugaz e invisible y me iré lejos. A un lugar desconocido y sereno. Donde yo decida.
Quizá contratéis a una nulidad de detective con capa, sombrero y gafas negras; un residente de la calle 69, tercer piso a la derecha carcomido de mierda y bombillas fundidas.
Sí, a lo mejor me busca y soy yo quien lo encuentra. Un inepto que sólo sabe desandar los pasos dados. Un tunante de dos al cuarto.
Si quiero volver, volveré. Si no, me dejaré perder. Y si es posible, regalarme la satisfacción de saber que yo he sido diferente, que he hecho lo que quiero, que no me he dejado avasallar, que soy quien quiero.

*Toys*

Recuerda:

No salí del Toy Planet. Si quieres un juguete, comprátelo.

viernes, 15 de julio de 2011

***Novela: El Club de los optimistas incorregibles***

-Ya te he dicho que no me arrepiento de nada. Lo que vi con ella durante 764 días fue tan excepcional y tan intenso que me colma para toda la vida. Si hubiera que volver a hacerlo lo haría sin vacilar. No puedo quejarme dentro de mi desgracia. Tuve suerte de conocer a Ígor y de hacer unas cuantas amistades. Y los amigos son para toda la vida.
Si te cruzas con una mujer en el arcén de la carretera, te hace señas con la mano y te pide que la ayudes, sobre todo no te pares. Las ruedas las cambian los de la grúa. Ellos están inmunizados y no mezclan el trabajo con los sentimientos. Si me hubiera atenido a los sanos principios marxistas de toda la vida de la división y de la separación del trabajo, ahora no estaría como estoy. Nos atiborran la cabeza de principios inútiles, como la cortesía y la galantería, y no nos enseñan la norma fundamental: no te fíes de las mujeres que sonríen porque siempre hay segundas intenciones. Cuando una mujer no sonríe entonces es espontánea. Si se cae al agua y pide socorro, tírale un salvavidas y sigue andando. Son consejos elementales que los padres deberían dar a sus hijos para que fueran precavidos ante los peligros de la vida. Él mio no me avisó.

-Hay algo que no entiendo, Leonid. ¿Cómo es posible querer una mujer y no luchar por estar junto a ella?

-Di mi palabra. Es mi destino, mi forma de serle fiel. Para amar no necesitas que te amen. Desde hace 9 años, le llega el 5 de abril un ramo de mimosas. Un ramo anónimo. Sabe que es un regalo mio. Si quisiera, sólo dependería de ella volver a verme. Le bastaría con ir a la floristeria y le darían mis señas. Pero no quiere. Cumplo lo que prometí. A lo mejor algún día cambia de opinión.

-Hace 10 años que os separasteis. No es posible seguir creyendo en ese amor.

-Yo habría preferido pasar página. Uno no decide si ama o si olvida. Es una idea que no te deja nunca. De día vivo con ella y de noche, si me despierto, es ella en quien pienso. Estoy enamorado como el primer día. Puedes cansarte de una mujer y puede gustarte otra. Eso no es amor, es deseo. Porque el amor, el de verdad, es algo intelectual. Ocurre dentro de cabeza y hay días en que me digo que habría sido preferible olvidarla.

miércoles, 13 de julio de 2011

*Vamos a ponernos algo románticos*

A ver que lo habéis dejado. Que no os aguantáis. Que siempre os gritáis. Que no sacáis nada en claro. ¿No os escucháis? ¡Joder! Si tú la quieres y ella te quiere. Si tienes ganas de enredarte en su pelo, de besarla, de verla sonreír. Y ella también...
¿Porque tantas sandeces? Tú te dejas de bravuconadas y de comederas de tarro. Y tú la buscas y le prometes el cielo o al menos la pipa de la Paz, o un café donde exponer las diferencias y prometerse nuevas metas. Pero siempre juntos. Porque la felicidad no es más que eso, sonreír sin motivo alguno. Acaso me vas a decir que no echarás de menos su pelo, su sonrisa pícara, su bromas, los días de película, las confidencias, su olor, sus brazos en torno a ti, y más.

Si lo dices es que eres de lo más rencoroso/a.

Pero es vuestro amor, podéis hacer con él lo que queráis. Pegadle la patada y haced como que no os dolerá la felicidad. ;)

Si total la tristeza está genial...

lunes, 11 de julio de 2011

*Sé feliz*

Sé feliz .
Que tus ojos brillen y tu sonrisa luzca.
Se fuerte. Pura alegría. Arrojo y locura.
Sé tú.
Y si todo se viene abajo, recuerda que tú eres alguien para alguien.
Para mi, que me hundo en tu tristeza y sobrevivo en tu alegría.
Sé feliz.

viernes, 8 de julio de 2011

*De nuevo me voy*

Te voy a volver a echar de menos. A ti y a tu sonrisa, al brillo de tus ojos, tus brazos, tus manos, tus chistes malos, tus chistes menos malos, tu voz, los piques, tus labios, TODO.
Todo va a ser más aburrido, más corriente hasta que vuelva a visualizar tu sonrisa y a enredarme en tus abrazos.

No sabes lo que te voy a necesitar...

miércoles, 6 de julio de 2011

*Ella se muere de pena, él vive de ella*

Salió a la calle como alma que lleva el diablo. Alma que sale de su cuerpo desprovista de control queriendo causar daños irreversibles en el cuerpo, en la esencia del ser que ama y se le va de las manos. Porque al amor se le puede ordenar pero no obedece si no a su propio sentimiento.
Bajó la lluvia se esperan todo tipo de historias. Historias para olvidar o de las que marcan una vida y ella lo sabe, pero no quiere saberlo. Su momento mágico, de novela, de clásicos cinematográficos se ve ante sus ojos descuartizado por lo que tiene que ocurrir.

Él de espaldas, alejándose.
Ella tras él, furiosa. Empapada y sin paraguas, cartón u otra cosa que la resguarde de las frías agujas nocturnas.

Él con aquel rostro atormentadamente natural. Libre. Fugaz. Como el agua que fluye y se aleja.
Y ella empapándose de esa agua, se impregnada de él. Persistente. Salvaje. Disconforme con los caprichos que alguien o algo le ha asignado. Encolerizada por un dolor confuso que no obtiene respuestas que le calmen.

Y allí mismo, a oscuras. A solas con la luz de un par de farolas que resisten al apagón que tantas otras viven, se ve prisionera de las crueles decisiones de un jugador de corazones. Mientras la Luna se esconde discreta entre las nubes grises tristes y desahuciadas. Allí en el escenario más perfecto para la más desquiciante tristeza, lo ajustició.
Clavó las uñas en la piel de su cuello y lo agitó con fiereza. Descontrolada. Loca. Despechada por no ser la flor más bella y querida de su jardín, su infierno, su locura, su martirio. Como él lo era para ella. Decepcionada por no poder congratularse de la fortuna de sus besos ni la presión de su abrazo.
Culpándolo de haberle arrancado el corazón tras su ascenso de los infiernos para luego volverlo a recolocar como un simple accesorio más en la estantería de una casa ya en ruinas. Ella, que hubiese preferido la muerte al vacío de su amor, cayó al suelo pedregoso y lloró su desventura cual mártir desvirgada que va muriendo a cada lágrima derramada.

Él todo quieto como la más bella escultura; hombre bello sin igual; puro éxtasis infernal que hace arder las entrañas, recobró el pulso, la vida, la maldad y comenzó a sacudirsela de encima como si de una mota de polvo se tratase para poder volver a caminar como lo hacia antes de que ella llegase.

Y allí la dejó en medio de la lluvia.
Sola. Arrodillada. Sin fuerzas. Enamorada. Mutilada.

*Estuve viendo las puestas y me acordé de ti*



Me acerqué a contemplar la débil llama del día. Preciosa. Ablanda los sentidos y un poco los sesos. Sencillamente perfecta tanto su luz como su calma. Reparadora y creadora de nostalgia.
¡Que infame fue al recordarme que tú no estabas para abrazarme!

viernes, 1 de julio de 2011

*Cosas mias...*



No me la creo. A lo mejor la culpa es de mis prejuicios...

Eso me recuerda... Voy a volver a leer a Austen. :-)