sábado, 12 de noviembre de 2011

*Susceptible*

Me siento mal. Calla. No susurres palabras de aliento. Calla, porque ahora me toca a mi levantarme del suelo y mirar hacia delante. Es mi turno para ser fuerte y no derrumbarme.
Sé lo que quieres. Gracias por no dejarme sola. Aunque a veces, el mejor remedio sea la soledad. En mi parece tan minúscula, pero es tan grande... Me siento sola, vacía y pequeña.
Esto no está nada bien, porque yo me tengo que querer, ¿no es así?
Yo no debería llorar y dejar que sólo me consolaran otros, ¿verdad?
En realidad, debería secarme mis lágrimas yo misma y luego, sonreir, porque soy humana y débil.
Sí, yo quiero ser feliz, pero la felicidad siendo tan simple termina siendo más.
Yo quiero ese más, quiero alcanzarlo por mi misma. Quiero demostrar que puedo con mis demonios, porque puedo, lo sé.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

*Goodbye, my lover. Bye, bye*

¡Ahh...! Él quisiera que le pesase menos esa desdicha que le tendió al besarla.
Quisiera no sentirse tan minúsculo, tan nimio a su lado y no acordarse de los momentos malos. Sólo de los buenos, de las risas y las caricias. Los vuelcos al corazón.
Ojalá todo fuese bueno. Ojalá todo nos fuese mejor. No como ahora, que se miran a los ojos para no ver nada o para ver el pasado. Y eso les pesa más. ¡Vaya, si les pesa! Más que un pedrusco diría yo. Y este afán por quererse que tenían; la facilidad para envolverse el uno a otro; para aislarse del mundo real... se ha convertido en un adiós.
Pero él no quería despedirse si no era un hasta siempre, si no era un adiós permanente y totalmente decisivo. Un pleno adiós a su corazón.

Entonces, un sonido como el de un rasguño intenso removió el silencio incómodo que había entre ellos.

martes, 1 de noviembre de 2011