miércoles, 27 de abril de 2011

*De un blanco vacío*

Sábanas blancas. El contraste del blanco con su piel dorada, sus ojos marrones y su largo y alborotado pelo negro. Labios de fresa pintados de carmín.
Sábanas blancas de diario, de te amos, de mil caricias y sonrisas cómplices.
Sábanas blancas de la chica que suspiraba y al momento daba paso a una dulce e infantil locura y sus rizos por la cara acompañados de sonrisas socarronas, de suspiros inacabados, de lágrimas, de aquellos <¿Qué haces aquí?>, de gritos y disculpas desgastadas.
Sábanas rojas. Paraíso olvidado y adiós.

***Anuncio '07 Levis***

Bueno, aquí os dejo el anuncio de Levis '07. Le dije a neno que lo encontraría y la verdad es que no ha sido nada difícil.
En fin, él no pasa por aquí, así que le tendré que informar. ¬¬'

martes, 26 de abril de 2011

*Decisiones*

Dicen que siempre hay un momento apropiado para todo y aquel lo fue.
Sintió como su pecho tomaba un renovado aire fresco al decir adiós y ver como las promesas que hizo se iban desvaneciendo por obra y gracia de una decisión tan cruel como acertada.

sábado, 23 de abril de 2011

*A ver...*

Que yo no digo que no la eche de menos pero tampoco digo que la eche de más. Ni siquiera digo que no lo pase bien a su lado.

Sí, yo tambien echo en falta esas viejas amistades

Pd:Es Semana Santa o ha sido y no he actualizado demasiado. Pero bueno, Mayo será peor. x)

miércoles, 20 de abril de 2011

*In Granada*

Bueno aquí os dejo una de las canciones del grupo que me tiene en estos momentos más enganchada. Espero que lo disfruteis como yo.





¡Saludos!

lunes, 18 de abril de 2011

*Miserable*

El mal que tú has hecho lo escondiste tras una sonrisa amistosa.
Las palabras que escribiste las borraste sin esfuerzo.
Y el veneno que destilabas lo convertiste en el mejor coñac.
En cambio, yo no tengo la capacidad de perdonar con total sinceridad y sin un ápice de hipocresía.
No puedo asegurar que cuando sonría no esté pensando en el inmenso desengaño que me llevé al entender que está no era una amistad sincera.
Y las palabras díficilmente se borrarán porque yo no quiero olvidarlas.
Probablemente necesite tu don para olvidar los malos recuerdos y los daños causados.
Y esto no es un ataque, ni siquiera digo que tu cambio sea un puro y modesto fingimiento.
Sólo digo que te admiro enormemente por esa gran capacidad tuya.
Pues, tal vez, en un futuro eso te haga ser menos miserable.

*Lecciones por aprender*

Y aprender a vivir una vida que tú no has creado no debe ser demasiado complicado.

domingo, 17 de abril de 2011

*Un nuevo paraíso*

El vestido negro miedo se hallaba tumbado en el frío suelo de mármol como la más fina de las prendas. Como un desecho de lo que fue. Es uno de esos momentos en que todo se ha perdido y nuevas cosas se han vuelto a ganar. Se esconden tras la verdad de sus cuerpos sin pudor ni temores camuflados. Al menos durante unos instantes.


-Al final has perdido el ''vestido''- dijo con una risita.
-De momento...-sonrió la joven- Aunque sabemos que tarde o temprano me lo tendré que poner otra vez.
-Eres mucho más bella sin él.
-Entonces ya sabemos donde reside la verdadera belleza.
-En ti- dijo mordisqueandome la oreja.
- ¡No!-exclamó divertida- ¡En las imperfecciones!
-Pues yo adoro tu imperfección.
-No me adores. Ámala-dijo casi en un susurro mientras rozaba su nariz contra su mejilla cariñosamente.
-No busco tu adoración. Mis abuelos se adoran. Hay gente que adora a diversas divinidades y todas posiblemente inexistentes. Lo que yo quiero es que ames mis maneras, mis sonrisas, mis miedos... Ámame sin más, porque si no un día cuando salga de tu cama y todo deje de ser extremadamente hermoso olvidarás poco a poco las razones por las que sigues a mi lado.
- ¿Cómo olvidarlas?-dijo haciendo un mohín.
-Fuera de una cama puede haber cosas maravillosas, pero entre sábanas todo es mucho más... Perfecto. Es un pequeño paraíso. ¿Entiendes? No hay cosas malas solo cosas buenas, hermosas, placenteras... La felicidad-Sonríe-. No oirás más gritos que...
- ¿Cuándo perdiste la cordura joven sensata?
- ¡Eeh! Serás...-dijo removiéndose con falsa indignación- ¡No encontrarás a nadie tan cuerda como yo! Y además, no he terminado con mi conferencia.
-Continúa, pues.
-Si no me amas. Si no tienes una pequeña certeza... El paraíso se derrumbara. Pero...
-Pero eso no va a pasar. Así que señorita pervertida...- ella le da un codazo con una sonrisita- Digo... Apasionada, ¿tendría ústed la amabilidad de volver a llevarme al paraíso?

viernes, 15 de abril de 2011

*Feliz*

Tan sencillo y sincero como decir:

-Él me lo da completamente todo. Por eso, aunque alguna vez él me ha decepcionado o viceversa, al hacer uso de la balanza cualquier problema es una nimiedad y siempre vuelvo a su lado y, además, sonriendo. Porque, después de todo, él es quien me hace feliz.


*Airsoft*

Este domingo con esto de que mi tio va después de ver Formula 1, quizá vaya al fin a una partida de Airsoft de nuevo.
Lo que ya no sé es si me pillaré replica y jugaré esta vez. Primero tengo que pillarme unas gafas.

Bueno, ya se verá. =)

Os dejo unas fotillos que hice hace tiempo en otras partidas (son un montón así que ya subiré más para quien no pueda descargarlas por tuenti) y el modelo... El modelo me lo quedo pa' mi. XP

¡Saludos!





***21 guns***

Do you know what's worth fighting for.

When it's not worth dying for?
Does it take your breath away
And you feel yourself suffocating?
Does the pain weigh out the pride?
And you look for a place to hide?
Did someone break your heart inside?
You're in ruins


jueves, 14 de abril de 2011

*Una perfecta sintonía*

La joven sensatez vestida de negro miedo espera en casa la llegada del joven optimista. No es tarde ni tampoco temprano. Sólo es justo el momento. Quizá por eso lo espera con el alma en vilo. Aún así no hace mucho que hablaron. No hace mucho que se vieron. No hace mucho de nada. Sólo hace mucho que lo espera.

El reloj marca las diez. Es tarde, aunque no tanto como para que el cielo nocturno comience a enrojecer. Entonces suena el timbre y también la alarma en su interior. Se extienden los nervios y el temor. Se mira en el espejo por última vez, probablemente en un gesto de inseguridad. Su vestido brilla más que nunca. A lo mejor no se da cuenta pero en esos momento lo luce muy bien.
Abre la puerta y aparece el joven optimista con su traje de valiente y los ojos soñadores. No duda. Avanza. Le dedica una sonrisa y le regala un beso. En otros labios nace una sonrisa que él siempre adoró y sus ojos de niña inocente prenden hasta formar pequeñas llamas.
Y casi sin querer, sin buscarlo, sin hacerse la pregunta, están unidos. Como un boli que necesita tinta para escribir un historia, como dos imanes que se atraen, como ellos y sus bocas llenas de historias que contarse.
Y entonces, la locura se vuelve beso y el miedo se estampa con rapidez y suavidad contra el suelo. Olvida toda su cordura y descubre la debilidad de él que se hallaba escondida tras aquella valentía que a menudo proclama a su oído. Y se abren por momentos, se dejan dominar por la lujuria con besos locos, caricias que abrasan y suspiros cortantes. Pierden todo hasta el punto de que ya no importe nada. Se dejan ir...
Juntos...

miércoles, 13 de abril de 2011

*Un inciso entre publicaciones*

Bueno, como podréis comprobar en menos de un mes he publicado un montón de entradas.

El caso es que hice un recopilatorio de todas las entradas y tablones de mis redes sociales y lo he ido subiendo pero, claro, yo no puedo subirlas poquito a poco. No. Yo las subo de golpe, todas juntitas. =)

En fin, espero que lo que escribo os guste aunque sólo sea un poquito. =)

*Un momento para locos*

Y todo esto me está pasando por culpa de esa respiración pausada en la nuca, tras la oreja...Por esas palabras que sin querer me hacen reir. Por esa sonrisa. Y ese brillo en los ojos...¿Traman algo malicioso? Son tantas y tantas cosas...
Y todo, todo lo que me produces es...es como un no sé que muy agradable.
Digo, digo, y digo, y me niego a imaginar algo distinto...
¿Acaso estoy camino de volverme loca?

¡Adelante, es el momento! ¡Estoy preparada!
¡Quiero esa locura!

*Pilar*

He estado esperando el gran momento...
El momento en que todo se venga abajo...
De verdad que lo sigo esperando pero por más que quiero, por más que lo necesito sigo en pie, aunque he de admitir que, a veces, me siento en la silla más cercana
porque tengo miedo de caerme y hacerme daño.

Y admito que a veces pienso en ello demasiado pero sigo de pie ¿lo veis?
Aún no me he derrumbado aunque a menudo quisiera gritar para espantar a los demonios
y tirarme al suelo antes de que fueran mis piernas quienes me fallasen.

Aún así GRACIAS por aguantarme, por ser mi pilar.

De verdad, gracias por sostenerme...(8)

*No...*

No llores.
No sufras.
No busques.
No crees tu propio sufrimiento.
No recuerdes.
No menciones si sabes que te haces daño.
No te hagas daño si sabes que justo a ti, no te conviene.
No cierres los ojos para no ver el miedo.
No, no quieras ser cobarde.
No, debes abrir los ojos y mirar a tu alrededor.
No, no pienses en los finales, los quizas, los que pasaria si...
No olvides lo que de verdad te importa.
No, no digas que me odias.
No, no diré que te odio.
No, no....

*[En el metro]*

Esta vez a solas lo recuerda vagamente.

-No quiero que me adores. Quiero que me AMES.

El joven optimista miró con los ojos brillantes al cielo.

-El día que de verdad me ames no te importará la hora, ni el lugar. No te importará nada y gritaras solo dos palabras a pleno pulmón: ¡¡TE AMO!!

Sí, lo recuerda en realidad claramente. Sus palabras coloreadas de felicidad, de ganas, de ilusión.

El joven optimista se puso en pie sobre el muro en el cual estaba sentado y como el estallido de una bomba gritó:

-¡¡TE AMO!!

*Off*

Cae en el sofá ida. Un cuerpo sin vida. Así es el amor hasta que se olvida. Lunático, salvaje, neurótico, intenso, obsesivo, hermoso, doloroso...
Quiere llorar más pero no puede. Se deja llevar por el tópico y va a beber agua. Nada. Quizá ha bebido poco, así que vuelve a beber. Y sigue pero parece que sólo llena un depósito futuro. Parece que la máquina de llorar se ha estropeado de darle tanto uso...

*Y entre la oscuridad siempre estás tú*

Que mi mente acostumbra a crear situaciones difíciles
de las que tú me salvas.

martes, 12 de abril de 2011

*Excusas*

Que no es culpa mia si mis pies corren para huir de ti.


*En tu memoria*

Calabaza, te llevo en el corazón. (L)

*Arde...*

Dice que tiene fuego en las entrañas, que es una enfermedad. Que no lo puede apagar con extintores, ni huir de él.
Dijo que ardía por alguien y yo le escuché.
Ahora soy yo, quien arde sin remedio mientras él gira aquella esquina para desaparecer.

*Anhelos de felicidad*

Es mirarla y percatarse de la luz de sus ojos y la gracia de su sonrisa. Es distinguir que entre los problemas hay una llama que todavía arde. La felicidad. Tan feliz como una niña pequeña. Tan alegre como un arcoiris. Pura e infantil. Divertida.

¿Y por qué no todos podemos obtener ese tipo de felicidad?

lunes, 11 de abril de 2011

***Losers & Lovers***

Es irremediable.
Me encanta este video aunque Antoñito decía que pegaban berrios'.
A ver que quiere que peguen con el revolcón que se están dando.

En fin, vamos a incentivar un poquito...





Espero que os guste.

*Directo al corazón*



Araña corazón, tatúa el dolor.
Aprieta corazón, que estalle en gritos.
Muerde corazón, disfruta de un sangriento llanto.
Destroza corazón, arranca los latidos.

*Ella*

Tú. Que juegas a sonreír. A gustar a todos los que te rodean. Que ríes e intentas con ello que sea una risa sublime, superior a otras. Una risa que suene como a campanillas. Un campanilleo rápido y feliz.
Tú. Que no quieres oír hablar de guerras, pero que a la vez gustas de hacer estallar batallas tras la espalda del mundo. Que aparentas inocencia y a la vez madurez. Tan pequeña como grande, y tan grande como pequeña.
Tú. Que disfrutas de un modo infantil. Que echas lo malo por el suelo y lo bueno también. A la que no le importa si es contigo o sin ti. Si te quiere o si no.
A ti, pequeña y falsa niña, te deseo el amor verdadero.

Te deseo a él. Que juega a sonreír y ríe de forma encantadora. Que no quiere hablar de guerras pero apuñala la espalda del mundo. Que no es inocente ni tampoco maduro. Pequeño y grande. Grande y pequeño. Que ignora lo malo y desperdicia lo bueno. Al que no le importa si es contigo o sin ti. Si le quieres o si no.
A él, infantil y embustero. Como tú.
Ojalá te cruces con él en el trayecto de la vida.

Porque de todo se aprende, incluso cuando se trata de aprender a no dañar corazones...

sábado, 9 de abril de 2011

*Dime*

Dime lo que vamos a hacer cuando las farolas se fundan. Cuando en luces de las casas los alrededores apaguen las luces para irse a descansar. Cuando, sencillamente, todo este a oscuras y no tengamos nada que nos pueda alumbrar.
Dime que sentiremos.
Dime si podremos continuar sin tropezar. Dime que no te irás sin mi en medio de la niebla. Yo no lo haré...

*Un refugio*

Dicen que las hojas siguen esparcidas por el suelo, que los pájaros cantan, que las flores mantienen su color y el banco sigue sólo refugiado por los árboles.

Quizá sea hora de hacerle una visita...

***Séneca***

Cuando veas una pequeña luz brillar,!síguela!
Si te dirige al pantano, pues ya saldrás de él.
Pero, si no la sigues, toda tu vida vivirás arrepentido
porque, nunca sabrás, si esa....era TU estrella"

viernes, 8 de abril de 2011

*Recuerdos ya ausentes*



Esta mañana cuando he abierto por vez consecutiva los ojos he mirado el techo y me he quedado como muchas otras mañanas tan en blanco como él.
Ha sido una de esas veces en las que te quedas mirando a un punto fijo aunque en el fondo no estas viendo nada. Posiblemente, estás visualizando el techo y demás, pero en realidad sabes que no estás pensando en algo relacionado con él, ni siquiera piensas en algo que no tenga nada que ver. Sólo miras.
Y te quedas mirando el techo con una expresión hipnotizada, no parpadeas y a veces si te despistas ni respiras. Supongo que se podría hacer una comparación de todo esto. Sí, podría hacer una comparación pero sólo porque estoy aburrida frente al ordenador.
Sí, sólo por eso...

Supongo que la situación es la siguiente:

Miras a tu alrededor y ves a toda la gente con esas sonrisas, esa amabilidad y afecto que desde siempre has conocido. Y tu confías en todos. En todos ellos. Son especiales. Sin duda. Y lo piensas de verdad porque ellos nunca se han ido, que es lo que más odias. Y ellos también lo saben. Cuando estás mal te hacen reír. Cuando estás bien se alegran por ti.
A veces te paras sólo unos segundos para meditar como diablos te soportan si con cierta normalidad eres de tantas maneras que incluso puedes resultar verdaderamente insoportable.
Y también está el otro bando. El que no es del todo sincero, los que a menudo mienten. Y puede ser que ni siquiera sea con malas intenciones. Tal vez, lo hagan por algún motivo en concreto; otros lo harán simplemente porque quieren. Como si fuera el antojito del día.

Y aún así conservo las ganas de hacer las locuras de siempre, la sonrisa, las ganas de hacer reír y todavía me río de las bromas y los chistes que escucho a menudo y soy feliz.

Entonces, te vienen los recuerdos... Como aquellas tardes en las que se grabaron aquellos videos desastres o esa otra en la que salimos corriendo porque nos perseguía un muchachillo indefenso después de ver una película de miedo (que forma más intensa tenemos de vivir las cosas). Aquella madrugada comiendo todo lo que se les antojaba en una cocina a oscuras (desde huevos duros y tortillas de patatas a chocolate y palomitas) seguido de aquellos pasos que se oyeron en el pasillo que luego, misteriosamente, no pertenecían a nadie de la casa; esa tendencia tan propia de nosotras a disfrazarnos y ser otra persona distinta, aunque fuera sólo unos instantes.
Esos pésames en Halloween seguidos de mis comentarios casi en forma de gruñidos: ‘No estoy de velatorio, ¡joder!’ y los gritos de ellas bajo mi velo para asustar a la gente; los llantos de aquellos días que algo dolía (incluyendo en ellos que tu chico estaba desaparecido, que aquello había terminado ¿recuerdas?); el sentimiento basura, el pánico a mostrar mis miedos y la vergüenza a que me viesen llorar… Ese día, sentadas en el suelo con la vista fija en algo, con los nervios a flor de piel; lo secretos; el musical improvisado; los bailes bajo la lluvia; los churros en fin de año. O aquel día en que nadie quiso acompañarme y me escape sola, saltándome alguna que otra regla y ganándome una reprimenda por teléfono, lo bien que me sentí al realizar por primera vez una verdadera locura; la facilidad de un todo y la rapidez de un nada; las ganas de escaparme y el remordimiento de no haberlo hecho; mis continuos fallos y los suyos; los días en el skate; el chico al que le tenía que doler la cara y el que tenía algo... El chico que pasó a la historia y el que sin darte cuenta te haría sonreír con tan solo ponerse nervioso sirviendo hamburguesas; las fotos locas que nunca subimos y que quedan para momentos como este, para recordar y reírte o llorar; las decepciones; las advertencias; el ‘te llamo’ que luego no se produjo; el ‘no le vuelvo a decir nada’ que no se cumple; los karaokes tiradas sobre una manta; la tarde del rizador de pestañas y ese: 'NoOOOo!'; las ganas de machacar a alguien; las personas a las que sin poder evitarlo repeles y te repelen; el rubio de la discoteca con el que, hija mía acéptalo, querías ligar(XD); el ‘te esperare’ que fue completamente sincero; el ‘te sigo esperando imbecil’ que todavía mantengo; las conversaciones extrañas; las caricias; los besos; las cosquillas que tanto me gustan; un soplo fresco tras la oreja y los vellos de punta; el abrazo de alguien importante en un mal momento; los 'UoOOOo' improvisados; los puentes informáticos; los ‘odio a esa arpía’ en clase sumados de una nueva frase meses después: ‘Esta mujer no es tan mala en el fondo’; las malditas chinchetas; los piques con los juegos del Facebook; los ‘te voy a ganar’ acompañados de la respuesta: ‘Te odio mamonazo viciado a las bolas del Facebook’; las piruetas del Pressing Catch y ese fondo de pantalla tan sexy; las novelas acabadas y las que están en marcha; los viajes inolvidables; el restaurante ‘Pato est mort’; los ‘te lo comiste’ y las caras de ‘te la devolveré’; los cumpleaños; las tortugas veloces que, en realidad, traman algo lo que pasa es que es un secreto; los sueños completos e incompletos; la sensación de que siempre serás poco para alguien como él y el ‘¿Por qué justamente con él? ¿Por qué nunca he querido a nadie tanto? Si fuese así al menos podría decir que lo que siento no es algo nuevo’; ese diez que tanto costó; las tardes en las que no importa que la música este a todo volumen porque sigue sonando baja; el libro que me hizo llorar cinco puñeteras veces; los paraguas rotos si los llevo yo; mi torpeza; la guitarra que se me resiste aunque sea la Guitar Hero; mi nuevo karaoke al que pierdo si es con ella; ‘el no entras más en mi casa (para que no me ganes más); los intentos de arreglar por mi misma algunas cosillas del ordenador; los calambres y los ‘ni sueñes que voy a tocar una vez más ese trasto’ y el momento siguiente en el que lo vuelvo a tocar; ese monologo que escribimos; esa cancion de la medusa; el grupo de baile que pasó a mejor vida; el grupo de música que duró cuatro días y que a veces surge dentro de un coche o una habitación; los discos que ordene y alguien volvió a desordenar; la mariposa pintada en la pared; el baile del pañuelo que es un baile nuevo; ese pequeñazo que dicen que se parece a mi, que te exaspera y te hace reír; esa familia que sabes que siempre estará ahí; aquellos que no están; los viejos lugares: esa heladería; ese salón de títeres que tanto me gustaba; la casa de aquel pintor que me hizo desear pintar; ese pub; esa feria llena de colores; ese colegio; esa avenida; ese campo y esa hierba fresca sobre la que a menudo me tumbaba para ver volar los pájaros; la supuesta casa encantada… Mis despistes; los ‘si te he visto no me acuerdo’; los días de emociones fuertes; los planes; los proyectos; el temor a lo nuevo; los partidos donde creímos que mataríamos al árbitro; las tardes de espera; esa llamada tan esperada; el ‘yo quiero que sea con él pero puede que ya sea tarde’; el ‘olvídate de ese mamaostias’ de boca de una hermana seguido de un ‘Sí, lo haré. Esto no me hace bien’ acompañado de una sonrisa y un pensamiento de ‘¡No puedo!’; esa canción que siempre bailamos; la que bailábamos; la canción que cuando suena nos hace llorar a moco tendido; la que cuando suena me recuerda constantemente a él; esa canción que sé que está hecha para mí; esa que sé que está hecha para nosotros; esa película que me hizo llorar en los créditos; la que todavía estoy esperando ver con Vainilla; la necesidad de que algunas cosas no sean verdad; las peleas; el brillo en los ojos de la gente especial; la frustración de no entender que es lo que me quiere decir; de una conversación; unos puntos suspensivos; un silencio… La época embrujada; los brindis; los ‘hoy estamos todos juntos’ y esas sonrisas como recompensa…

Por eso cuando piensas en todos los buenos momentos temes comenzar a odiar a esas personas solo por querer seguir su camino sin ti. A lo mejor es que no entienden que sean de verdad importantes para ti o puede que no les importe. Quien sabe...

Lo que sí es cierto es que te das cuenta mientras miras una simple pared que no es lo mismo mirar que ver y comprendes que estabas tratando de ver algo que solo se puede mirar. En cambio ves en tus amigos, en tu familia y en todos los que ya no lo son.
Y sin quererlo has pensando en tantas cosas... En los amigos que se fueron, en el chico que para ti es imprescindible, en las personas que siguen aquí... Y te preguntas cuanto tiempo durara, si se están equivocando, si te estás equivocando, en porque piensas todo esto nada más despertarte mientras miras una pared...

Lo único que sé es que a pesar de mis ganas de quedarme tumbada mirando las paredes blancas me levanté con una sonrisa en la cara y comencé a tararear esa canción:

No voy a sentirme mal si algo no me sale bien, he aprendido a derrapar y a chocar con la pared, que la vida se nos va como el humo de ese tren, como un beso en un portal, antes de que cuente 10…

*Si hablamos de cuentos y silencios...*



Y miran al techo. Blanco. Como el silencio. Porqué el silencio podría interpretarse con el blanco ¿no? O negro. Depende de la situación, supongo. Este es blanco. Y un silencio largo e intenso. No vacio pero tampoco demasiado lleno. Algo neutro. Tranquilo. Respetuoso. Sin demasiadas pretensiones.
No hay preocupaciones. Ni algo que decir que tenga demasiada importancia. Al menos en ese mismo instante. Es un momento, tal vez, de preguntas estúpidas y respuestas sin sentido. Y todo es un poco ridículo. Con un silencio así, mutuo, es más fácil sentirse patéticos. Y aún así, a veces, todo esto no es suficiente para hacernos sentir tontos. Posiblemente, habrá situaciones peores. En esta basta una sonrisa sin razón. Una pequeña carcajada de esas que se escapan sin querer de los labios. Esa pequeña risa que lo arregla todo aunque solo sea un poco y que ahoga el silencio.

- ¿En qué piensas?
-No pienso, sueño.
-Pues, ¿en qué sueñas?
-Sueño con un cuento de hadas.
-Es fácil imaginar que ocurre en los cuentos de hadas.
- ¿Lo es?

Y una sonrisa.

- ¿Cómo es tu cuento?
-Impredecible.
-Lo impredecible...
-...es mucho más divertido. Siempre a la espera de lo inesperado. Con los pies en el suelo y de repente volando, y de nuevo en el suelo.
-Las caidas duelen.
-Ya, pero nadie podrá decir que no me he arriesgado.

Ahora suspira.

-Y tengo miedo. Miedo de que las consecuencias duelan. Siempre fui muy miedica.
-No puedes estropear una bonita historia con el miedo y el dolor.
- ¿Olvidé decirte que mi historia es real? En la realidad existen estos sentimientos. Forman parte de nosotros.
-¿Y eres feliz con tu cuento?
-Sí.
- ¿A pesar de saber cual puede ser su desenlace?
-Exacto.
- ¿Me contarás algún día ese cuento? Aunque no esté escrito, aunque sólo esté en tu cabeza.

Y ella niega.

-No es por ser egoísta, pero no quiero compartirlo con nadie más. Mi cuento es lo único que me quedaría si algo malo pasara.
Si se rompe o me lo roban...
- ¿Y como se rompe o roba algo que sólo está en tu cabeza?
-Destrozando mis sueños, mis ganas, haciéndome trizas el corazón. Siempre tuve miedo a enfermar del corazón. No quiero renunciar al final feliz.
- ¿Con el "y vivieron felices y comieron perdices"?
-Mejor a ser posible. Eso esta muy visto.
-Predecible.
-Sí-contestó ella riéndose.

Y de nuevo silencio. ¿Fue ese sonido, el del vuelo de una mosca? Las respiraciones tranquilas. Y en medio del silencio vuelve a surgir una voz. Ella.

-Por favor, no destroces mi cuento de hadas.

Y un abrazo.
Silencio.
Y...

Eráse una vez, una chica que....

*Realidades*



Camina por las aceras grises repleta de chicles, papeles abandonados a su suerte y líneas recién pintadas. Todavía huele a pintura. A lo lejos se oye el estruendo del ruiseñor de la ciudad taladrando el suelo. Hay carteles de conciertos pegados desde no sé cuanto tiempo; algunos están incluso desgarrados por la mano de algún individuo aburrido.
Los grafitis decoran las paredes de unas calles más allá convirtiéndola en un cuadro realista de la sociedad. Sí, nada que ver con los cuadros del museo de la avenida No Me Acuerdo que, a veces, solo hablan de los versos que una vez alguien quiso escuchar. Un garabato sobresale incauto de los labios de una Venus idealizada, tal vez lo hubiese hecho un tipo desgarbado con pintas de bufón en un momento de diversión colectiva. Ellos seguro que lo disfrutaron, no opino lo mismo de la Venus ni del artista. Un número de telefono y un nombre destacan sobre el gris de una farola, probablemente nadie llamara a ese número pero, ¿qué importa?

*Tocamientos de moral*



Tú. El ganador del premio Soledad. No te muestres afligido por lo que tú solito te has buscado. Si ahora tus palabras y tus lamentos se confunden con la letra de aquellas canciones que narran la historia de una vida. Tu vida. Resígnate y convive con la pena que te trabajaste a golpe de ignorancia.
Que si lloro a escondidas, sólo es culpa mi estúpida fragilidad infantil. Y las lágrimas que caen y rozan la piel, la mesa, las flores, que mojan la ropa o el papel, no son más que un débil susurro de los recuerdos de un ayer. Que tu falta ha roto y deshecho.
Y ti que tanto daño quieres hacer... Sólo puedo decirte algo: Hace 9 años de adiós permanente, no la jodas más que ya no me conoces (¿muy a tu pesar?) y no sabes cuanto he podido cambiar.

Atentamente, Rocío Gómez.

*Presentamos*



Muy buenas internautas.

Os presento mi nuevo blog.

Si el destino no interfiere y yo no desaparezco, lo más probable es que en este blog siempre tenga algo que contaros.

Y yo... Yo sólo soy una persona más que escribe blogs.

Un cordial saludo, majos.