viernes, 27 de mayo de 2011

*El adiós*

Ella estaba allí. Sentada en la arena mirando el amanecer. Tarareaba alguna canción con aquella voz de sirena.

-Dime, ¿te quedarás?

Ella lo miró mientras se sentaba a su lado. Luego volvió a mirar hacia el frente.

-Yo nunca me quedo.
-¿Por qué?
-No lo sé-dijo encogiéndose de hombros.
-Esto es diferente. Me siento diferente y la causa eres tú-dijo con una nota desapasionada en su voz.
-Oye mira-dijo volviéndose a él-, yo no soy nadie. No soy nada. No tengo un hogar, ni una familia. No tengo planes, ni dinero. No puedo darte nada. Sólo me tengo a mi. Sé estar sola.
- ¡A mi también me tienes! ¡Yo te quiero!
- ¡Ah! El amor...- Suspiró. Se apartó un mechón rizado de la cara y lo enroscó tras su oreja. Luego lo miró con sus ojos negros- Pero yo no estoy hecha para mar, si no para vivir.
-¡No estás maldita, Santo Dios! No hables como si lo estuvieras.
-No digo que lo esté.
-Te gusta este lugar-afirmó como si aquello fuera suficiente.
-Sí, la Tierra esconde lugares maravillosos. Normalmente siempre vuelvo para no olvidar estos matices...
-Por favor...
-Déjame-dijo acariciándole el pómulo.

Luego se levantó y sacudió las faldas para borrar el rastro de arena que la cubría. Él se levantó también. Y continuó hablándole.

-Escucha, tú dices que no tienes nada pero si tú quisieras mi casa sería tuya. Esta playa-dijo señalando a su alrededor-, la verías todos lo días. Tendríamos planes. Trabajaré para ti. Para hacerte dichosa. Te regalare las estrellas y las pondré en tu cabello. Tú serás mi cielo, mi brillante cielo. No podrás decir que no eres nadie ni nada. Te quiero y tú me quieres. Es suficiente. Quédate y vive... Conmigo.

-Las estrellas no se regalan, ni se ponen en el pelo-dijo sonriendo- Es tan imposible como posible es la desaparición de los amores locos, como el tuyo, a los pocos días.

Él comenzó a agitarse levemente. Los hombres no lloran, eso dicen. Ella no lo abrazó. temía no poder desprenderse de su abrazo. Le tomó la mano y se la besó.
-Si el destino quiere, si tú eres para mi y yo para ti, nos unirá. Sé bueno. El destino y la suerte también tienen que jugar para no aburrirse.

Soltó su mano y se fue. Y desapareció muy rápido. Él no quiso mirar. Se quedó allí de pie mirando su dolor cara a cara. Sin lágrimas. Esperando el nuevo momento en que ella volviera.

miércoles, 25 de mayo de 2011

*Silencio*

Silencio, me exasperas demasiado.
Crispas mis nervios.
Háblame.
Siempre hay algo que decir.
Tú siempre estás callado. Siempre.
Sin embargo, siempre nos guardamos algo que decir.
Algo que callamos.
Tu amigo Misterio se anda con rodeos.
Sé que me ocultáis algo, lo sé.
Me siento frustrada.
Creí que hablarías.
Creí que sería fácil.
Pensé que conmigo sería distinto.
Silencio, dime ¿porqué sigues aquí?

*¡Hago pins!* =)



Así que si os interesa alguno... Avisadme!

Besitos!! ;)

lunes, 23 de mayo de 2011

*Tú en Mí*

Y tú me miras. Me comes con los ojos. Felino. Acechando.
Y yo sólo pienso en entregarte cada espacio de mi cuerpo. Ese que tan bien se amolda al tuyo. Hecho para ti.
Maltrecho de tus besos. Erosionado por tus caricias. Moldeado por tus manos. Con curvas y acantilados donde tener accidentes.
Ojos con borrascas y ríos desbordados. Tú el velero que navega en ellos.
Mis manos puliendo tu piel. Suave. Perfecta.
Tu risa la más chispeante. Tu sonrisa la más bonita. Tu respiración pausada que ahoga mi corazón. Sin piedad. Flota en el aire la esencia de nuestro amor. Ligera. Única. Inigualable.
Frente a frente. Tú y yo. Y tú. Sólo tú. Para mi. Y yo en tus brazos con el corazón desbocado.

Cierro los ojos. Suspiro. Socorres mi cuerpo del martirio de perderte. Y ahí estamos. Unidos. Perdidos.

Tú. Mi alegria. Mi amor. Mi más dulce desaliento.

viernes, 20 de mayo de 2011

*Mi héroe*



Tan pequeña.
Tan asustadiza.
No, no llores.
No te asustes.
Aguanta.
No queda mucho para que acabe.
¿Me ves?
Soy yo.
He venido a salvarte.
Sí, yo, quien lo diría pero eso ahora no importa porque, cueste lo que cueste, seré tu héroe.

Porque si tú quieres, siempre seré tu héroe...

jueves, 19 de mayo de 2011

*Carmesí*

Diciembre, un mes blando por aquí. Estaba sentada bajo la copa de un árbol contemplando la lluvia helada cuando la vi. Parecía sangre sobre nieve con aquel vestido carmesí ya estropeado. Blanca. Serena. Una beldad intolerable, al menos eso fue para mi.
Me acerqué a ella. Antes no lo hubiera admitido, pero hoy sé que sentí interés por el color de sus ojos, de sus labios, de su sino, de su suerte.
Así que cuando estuve frente ella me agaché y le di unos cuantos peniques.
Ella me miró. Ojos color café. De esos cafés que cuando los tomas ya no te dejan dormir por la noche. Y labios jóvenes. Labios pintados de carmín. Labios besables y puede que maltratados. En realidad quien sabe. Sólo ella, la ninfa, la reina de las nieves. La dejé allí con su cara sorprendida y su dolor atravesado. Sí, la dejé allí. Era una vagabunda preciosa y con un brillo que me traía el recuerdo de alguien amado, aunque yo nunca haya amado, en realidad.
Siempre ando buscando mis recuerdos por los rincones sin vociferar y de esta forma, es que no encuentro lo perdido porque el silencio no es más que eso. No sabe responder las preguntas curiosas. Sentí un vuelco, el vuelco de algo conocido. Miré atrás y ya no estaba. Se fue.
La persona que quizá había amado había desaparecido. ¿ Y de qué la puedo culpar si volví de la guerra al olvido?

miércoles, 18 de mayo de 2011

*Un fin inexplicable*

Tiene miedo. Las cosas no van bien. Todos lo saben pero caminan por las calles con unas máscara pétrea de serenidad. Ella también. En cualquier momento el aire que les da la vida les llevara a la muerte. En un instante. Tan rápido que nadie sobrevivirá ni padecerán dolor alguno.
Supone que como ella se han resignado. Que prefieren no sufrir mientras mueren a suicidarse como tantos otros. Pobres desesperados. Lo único que han conseguido es incrementar el número de suicidios y poner nerviosos a millones de personas. Personas que no pueden hacer nada mientras esperan su momento.

El mundo es un caos. Cada persona reacciona como quiere. Todos buscan soluciones. Se engañan. Todo eso no sirve de nada. No es como en las películas donde las ciudades arden y se comenten actos de vandalismo. No hay héroes que nos salven en el último instante. Las películas no son para nada un reflejo nítido de la realidad. Al menos por aquí por el Sur. La gente actuaba presa del pánico, es cierto. Aunque había visto más personas arrastrando los pies y con la cabeza gacha mientras se morían por dentro lentamente entre pensamientos que navajas en el cuello y cristales rotos. Desde luego no dice que no haya de todo.
Unos preferían morir cómodos, otros manteniendo sus vidas y los últimos viviéndola como sus circunstancias se lo permitían.

Hará dos horas desde que oyó por la ahora tortuosa radio cuanto quedaba para el final. Lo repitieron numerosas veces porque los medios de comunicación estaban teniendo problemas. La televisión ya no dice ni mu. Las interferencias se han llevado lo bueno y lo malo de la programación.

''Oh, mierda. Tengo miedo'', piensa.

También piensa en su familia en la otra punta del globo. Últimamente no han podido hablar mucho. Y aunque lo ha intentado todos los transportes están cerrados. Nadie quiere trabajar sabiendo que no servirá de nada.

Aligera el paso entre el gentío. Saca el móvil. Piensa en todos, incluido él. Se sofoca y siente ganas de llorar. Marca el número de su familia. Hoy se reunían. A lo mejor para morir mientras lloran y se toman la mano. Son tradicionales, es no lo cambiará. Los niños... Los niños estarán como siempre. Ellos no saben nada. Preguntaran a los mayores porque se ven tan raros y los mayores les ignoraran o mentirán. Eso hacemos cuando crecemos. Incapaces para afrontar la realidad. Además, no hay necesidad de decirle a un niño que no va a poder vivir. No sería justo.

Le tiemblan las manos, las piernas, la barbilla... Si pudiese palpar su alma está segura de que también estaría temblando.
Acerca el móvil a su oreja para oír a una teleoperadora automática de esas con las que no es nada complicado acabar discutiendo.
Queda poco más de media hora para una muerte mundial asegurada y no consigue oír la voz de sus familiares. Testaruda como siempre pulsa rellamada una y otra vez. En algún momento comienza a haber señal como si las líneas hubiesen sido reanimadas. Un teléfono se descuelga y se oye una voz femenina. Mamá.Le da un vuelco el corazón al escuchar la voz de su madre. Se controla porque sabe que siempre ha sido un remolino de palabras y en este caso el tiempo no abunda.

Le dice que la quiere. Que los quiere. Que es injusto. Que aquello no debería estar pasando de ningún modo. Y otra vez que los quieres. Unas vocecillas felices se oyen al fondo. Luego más cercanas. Los niños se han puesto al lado del teléfono. Todos intentan aportar sus palabras de consuelo, pero sin ningún orden por lo que se oyen más gritos que otra cosa.

Se apoya en una pared mientras ve a la gente pasar.

''Tita, tita, ¿vas a volver pronto?''
''Por supuesto'', responde.
''¿Y nos traerás regalos?''
''Claro'', ríe entristecida.

Y luego una serie de palabras de cariño y tristeza. Un ''siempre estaremos juntos, ¿verdad tita?''. Y la línea se corta.

Rompe a llorar.

''Oh, mierda lo mio no es llorar'', piensa.

Se separa de la pared y continúa su camino hacía el parque. Piensa él. Siempre piensa en él. Hace días que no se hablaban. No sabe donde está. Desapareció. Le dijo hace días que no quería verla más. Lo hizo con la peor de las miradas, con él más frío de los vocabularios. Fue suficiente para hacerlo huir, pero sólo estaba cabreada con el mundo y él, en aquel momento, le quedaba más cerca para descargar su ira.
Él dijo lo mismo, por eso no insistió nunca. Luego cuando nos arrepentimos el orgullo nos pesa más y unido al miedo se engrandece. Lo dejamos pasar, como si no importase cuando en realidad importa. Así nos resulta más fácil.
Rompe con todo. Le envía un mensaje. Una y otra vez pero no hay nada que hacer.
Entra en el parque. Aquel en el que pasaban las tardes de verano con libros, música y sonrisas cómplices.

Ahora no hay nadie. Es la única idiota con ataques de melancolía. No hay nadie que la calme ni un mensaje tranquilizador. Solo angustia. Se sienta en un banco y disimula su pena viendo el amanecer. Tan bonito...
Pone música. De esas que viven para siempre. Alguien morirá escuchado grandes canciones como esta. Parece mentira pero la música es la que por el momento todavía no le ha abandonado.

Quedan veinte minutos. Ni siquiera sabe porque le sigue dando vueltas a su muerte y a la de los demás, si nadie iba a sufrir el dolor de un golpe, un asfixiamiento...

Alguien se sienta a su lado y no le importa. Posiblemente, en otra situación se levantaría y se marcharía, pero está vez no le importaba.

''Aunque todo termine yo siempre te querré'', dice,''siempre''.

Sin mirarlo, llora y llora. Él la abraza. Es como si hubiese absorbido ríos y mares y ahora tuviese que dejarlos ir.
No hay nada peor que amar y saber que no se podrá vivir plenamente cada minuto de ese amor. Que no podrá ver sus ojos cada mañana ni disfrutar de cada una de sus sonrisas. Es lo peor.

Suena su móvil. Mientras lo saca, ella piensa con miedo en la posibilidad de que ahora pretenda marcharse. Lo lee en silencio. Algo sencillo se puede leer en la pantalla: ''Siempre te querré''.

''Eso ya lo sabía yo que te crees'' se mofa.

Ella se ríe un poco. Una burbuja explota en su nariz.

''Él siempre igual'' piensa.

Mira le reloj.

''Queda poco para la hora de la siesta'' dice supirando.

Se acerca para acurrucarse en su pecho mientras él la envuelve entre sus brazos y la coge de la mano. Le da un beso de esos que lo dicen todo. Apoya la cabeza en el respaldo del banco y cierra los ojos. ''Quisiera decirle más cosas, pero ¿qué necesidad hay de estropee.

''Te amo''le dice.
''Yo también te amo'' responde él.

Se aprietan la mano mientras todo acaba y suena aquella canción que enmarca el cuadro de aquel amor que se lleva el aire durante aquella puesta de Sol.



pd: ¿Cómo puede soñar algo así? Logicamente, hay cosas que no soñé y que he puesto para adornar un poco el texto... En fin... Espero que os guste. ;)

martes, 17 de mayo de 2011

***Santana-Put Your Lights On***

La canción que toca neno! :3 Gran canción!!



'n God don't let me loose my nerves
Don't let me loose my nerves

lunes, 16 de mayo de 2011

*Cárcel de gigantes*

No me suficiente con ver el cielo desde aquí.
Sólo quiero escaparme de está cárcel de gigantes donde me veo tan pequeñita.
Este no es mi sitio siempre lo he sabido.
Sólo quiero un camino.
Yo sólo quiero ser feliz a mi manera...



Pd: El keko es mio. Me encanta!! ^^

*Temores actualizados*

Final feliz. Un toda la vida.
Y yo me vengo abajo.
Porque ya no lo es lo mismo desde que se torció aquella felicidad idealizada. Hace años y tan actual.
Y yo me pongo a temblar. Me pongo a llorar.
Quizá porque el deseo de ese tipo de vida y el miedo a no ser buena para ella, o a que todo se tuerza, terminan igualándose...

martes, 10 de mayo de 2011

***I can feel the pressure***

¿Quién no siente la presión alguna vez?



Y la presión puede machacarnos poco a poco por ambicionar una vida que no es para nosotros...

lunes, 9 de mayo de 2011

*Ausencia de detalles*

Yo quiero que me regale aquella flor, pero se ha sentado en aquel banco de piedra a la espera de la llegada de la inspiración. Y mientrás yo espero su detalle, la flor que tanto ansio se marchita lentamente con la llegada del frio y la ausencia del gentío en los parques donde crece.

viernes, 6 de mayo de 2011

*Mortífero delirio*

-Ten cuidado con el delirio. Oirás el grito de furia naciente en tu garganta. Tu cordura. Taparas tus oidos y tratarás de huir de él. Escaparas a la armonía que te ofrece la locura por tiempo escaso. Venderás tu alma y tu paz. Firmarás un contrato y renunciaras al olvido. Loca. Esa serás tú. Una muñeca de trapo desquiciada, suicida y de mortífera hermosura. Y mientrás tanto, yo observaré tu ruina...

miércoles, 4 de mayo de 2011

*Cria cuervos y te sacaran los ojos* ^.^!

Ella sonríe. Siempre lo hace. Es como mirar a un robot. Hablar con un robot.
Muchas veces lo he pensado. Pero sería demasiado subrealista.
A parte, ella piensa. Lo sé. Ha maquinado muchos planes. Lo más probable es que esa sea su estrategia. Su plan para una vida mejor. Hoy en día todo vale.
Cuando sonríe es como un muñequita dulce. Cuando habla es como si ya tuviese pensado lo que va a decir. Como si cada paso que diese fuera un guión y ella la mejor actriz.
Todo lo que sé y una parte de lo que soy se debe a ella. Supongo que por eso sé sonreír cuando debo hacerlo, defenderme cuando una crítica es hiriente, o ver a distancia lo que no me conviene y sonreír para que crea que soy inocente.
Supongo que he aprendido lo suficiente como para ver que no son mentiras inocentes.
Viene cuando quiere con lamentos y excusas, y luego se va complacida. Desaparece y se planta callada ante ti. Como si esperase un saludo. Como si fuese esencial.
Yo voy con una sonrisa y me quedo con otra diferente. Es raro que no lo note. Ella fue quien me enseño.
No me desconsuela. No me fatiga. No me molesta ni me dejo engañar.
Mientras, ella puede continuar.
Así que...
Engaña.
Sonríe.
Conquista.


martes, 3 de mayo de 2011

*Perfección*

El chico de la 315 no era un chico más. Yo realmente hubiera querido que fuese así. Uno más. Me dije muchas veces que no estaba hecha para él. Cuando en realidad, él no estaba hecho para mi. Era el hijo que toda madre quisiera tener y el novio que toda madre quisiera para su hija. Era bueno, amable, bondadoso, cortés, educado, inteligente y nada hipocrita. Estaba forjado a fuego con una pasión desbordante que muchas mujeres querrían para ellas. Su cuerpo era esbelto, sano, vigoroso, atlético, con unos ojos bonitos y puros, y su pelo el más brillante y sano en comparación a los de toda una ciudad.
No había fisuras. Ni caras tristes, ni palabras malsonantes. Nada. Era como un robot bien programado. Pero en el mundo real hasta los robots tienen fallos en el sistema. Era excesivo, de verdad.

Cuando tenías que describirlo era mejor decir que era perfecto a mencionar todos aquellos adjetivos que podían destruir hasta la mejor de las autoestimas.

Era demasiado. Demasiado perfecto. Tan perfecto que su perfección se volvió un enorme defecto. Tenerlo a mi lado era como cargar con una enorme piedra pesada cuesta arriba. Junto a él me veía tan pequeña que no tardé en desaparecer a su lado. Consiguió que lo odiase.
Sí, lo odié muchisimo. No creía posible que hubiese una persona tan increiblemente perfecta sobre la faz de la tierra. Y resultó desquiciante hasta el punto de querer destruir aquella perfección.

Creí que su perfección enturbiaría aquella felicidad que poco a poco iba planeando, pero fue relativamente fácil acabar con la luz que desprendía y la vida que rebosaba.

Increiblemente fácil...

lunes, 2 de mayo de 2011

*Perdida*



Me he perdido. Disculpa, no sé donde me encuentro. Hace unos días que no sé donde queda el camino desnivelado por el que solía deambular. Allí las estrellas brillaban más y la Luna resbalaba dentro de su amplia bañera para regalarse uno de sus muchos y relajantes baños nocturnos. Echo de menos los baches del camino en los que me sentaba cuando estaba cansada y me paraba a pensar en el transcurrir de mi vida.
Siento una pena inmensa. Tú no lo entiendes, claro. Esto que siento sólo lo entiendo yo.
Si hubieras sentido aquella tranquilidad o aquel silencio natural lo más probable es que llorases de exasperación.
En cambio, este ruido al que te has acostumbrado, estas calles niveladas... Rompen mi paz.
No lo ves, igual que no ves con claridad la luna o las estrellas porque los edificios las tapan.
He dejado atrás mi tranquilidad y sosiego y ni siquiera recuerdo como. Este lugar te atrapa y te hunde en la miseria y locura. No hay nadie que consiga entender. No hay nadie que logre indicarme el camino que perdí.
No asientas, no digas que me entiendes. Tú estás en paz. Tu paz importa más. Así son las cosas por aquí. ¿Y yo que puedo hacer mientras tanto?
No, dejáme. No estoy llorando. No me conoces. No sabes si soy débil o fuerte. Ya nadie sabe ver en el interior de las personas.
Si no me puedes ayudar tú tampoco estoy perdiendo mi valioso tiempo. Tendré que buscar la manera de ayudarme a mi misma. Tendré que hallar la forma de volver por mis medios. No pienso quedarme sentada a la espera de que la historia se desarrolle sola. No, no estoy loca. No me trates como una desequilibrada. No lo entiendes. Tengo que volver al circuito de mi vida. No puedo quedarme aquí y cambiar.
No, no, no.