viernes, 8 de abril de 2011

*Realidades*



Camina por las aceras grises repleta de chicles, papeles abandonados a su suerte y líneas recién pintadas. Todavía huele a pintura. A lo lejos se oye el estruendo del ruiseñor de la ciudad taladrando el suelo. Hay carteles de conciertos pegados desde no sé cuanto tiempo; algunos están incluso desgarrados por la mano de algún individuo aburrido.
Los grafitis decoran las paredes de unas calles más allá convirtiéndola en un cuadro realista de la sociedad. Sí, nada que ver con los cuadros del museo de la avenida No Me Acuerdo que, a veces, solo hablan de los versos que una vez alguien quiso escuchar. Un garabato sobresale incauto de los labios de una Venus idealizada, tal vez lo hubiese hecho un tipo desgarbado con pintas de bufón en un momento de diversión colectiva. Ellos seguro que lo disfrutaron, no opino lo mismo de la Venus ni del artista. Un número de telefono y un nombre destacan sobre el gris de una farola, probablemente nadie llamara a ese número pero, ¿qué importa?

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