lunes, 18 de abril de 2011

*Miserable*

El mal que tú has hecho lo escondiste tras una sonrisa amistosa.
Las palabras que escribiste las borraste sin esfuerzo.
Y el veneno que destilabas lo convertiste en el mejor coñac.
En cambio, yo no tengo la capacidad de perdonar con total sinceridad y sin un ápice de hipocresía.
No puedo asegurar que cuando sonría no esté pensando en el inmenso desengaño que me llevé al entender que está no era una amistad sincera.
Y las palabras díficilmente se borrarán porque yo no quiero olvidarlas.
Probablemente necesite tu don para olvidar los malos recuerdos y los daños causados.
Y esto no es un ataque, ni siquiera digo que tu cambio sea un puro y modesto fingimiento.
Sólo digo que te admiro enormemente por esa gran capacidad tuya.
Pues, tal vez, en un futuro eso te haga ser menos miserable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario